sábado, 22 de septiembre de 2007

Sierra Nevada (2ª parte)


Hace ya algo más de dos semanas que publiqué la
primera parte de este artículo sobre mi experiencia en el Parque Nacional y Reserva de la Biosfera de Sierra Nevada. Pues bien, hoy llega la segunda y última parte, la ascensión al pico más alto de toda la Península Ibérica, el Mulhacén.


Ascenso al Pico Mulhacén

Con 3.482 metros de altitud es el pico más alto de la Península Ibérica, el techo peninsular.

De nuevo iba a ascender con otras tres personas. Fuimos recomendados varios días antes por los guardas de la zona en el punto de información de Capileira. Desde este punto de las Alpujarras iniciamos nuestra pequeña travesía. Debo decir que la visita a este pueblo es obligada si estás por la zona, sus casas blancas de arquitectura popular, sus bellas chimeneas y sus innumerables encantos son un atractivo único para la vista.

Subimos en un minibus que nos llevó hasta una pradera, donde terminaba la única carretera de subid
a, ahora controlada mediante pases especiales. Así que, si prefieres hacer más kilómetros, es preferible subir ya desde Trévelez o Capileira, aunque la distancia es mucho mayor. Desde dicha pradera, ya pudimos vislumbrar lo que más o menos sería nuestra caminata.

Según comenzamos a subir a nuestra derecha queda Trévelez, el pueblo más alto de la Península. La subida no es tan pronunciada como en el Veleta y, sin lugar a duda, la belleza paisajística es mucho mayor. Esto se puede notar en la ausencia de estación de esquí que rompía totalmente el paisaje en el otro pico.

En cuanto a las plantas, no había mucho cambio, mismos arbustos y
casi ninguna otra vegetación. Pudimos ver bastantes grillos escondidos entre las rocas o los arbustos.

Lo que pensábamos que iba a ser corto, se alargó. Tras llegar a un p
unto en el que pensábamos que ya se encontraría la cima, nos dimos cuenta de que no. Al llegar allí, otra subida más nos esperaba. Pero, esta vez, las ganas de llegar al punto más alto de toda la Península hacía que el ánimo por llegar fuese mayor. En cuanto alcanzamos la cima, la satisfacción nos llenó de alegría. El poder dar un giro total a tu alrededor y ver tal maravilla de paisaje era increíble. Relativamente cerca podíamos ver el Veleta con su increíble verticalidad en su cara Este.

Tras comer en la cima y reponer parte de nuestras fuerzas, comenzamos la
bajada, pero esta vez por la cara oeste bajando un desnivel muy vertical que nos llevó hasta un sendero que bordeaba llanamente la montaña a través de algunas de las lagunas que lo rodean. Aquí nos volvimos a encontrar con las cabras, esta vez jóvenes. Una de ellas llegamos a tenerla a escasos 10 metros de nosotros, observándonos con cautela pero con curiosidad. Al final, como era de esperar, echó a correr montaña arriba.

Sin duda, fue una buena idea haber tomado el camino de bajada por este lado, dado que normalmente, y en este caso estoy seguro que todos lo estábamos, se suele estar más cansado. Al final del trayecto de nuevo al minibus y de vuelta a Capileira satisfechos por lo que habíamos logrado, quizás algo que muchos excursionistas consideren poco, pero para nosotros haber visto ese paisaje, haber disfrutado de sus vistas y de esta espléndida naturaleza; todo eso para nosotros, fue increíble.

_Dant_

jueves, 13 de septiembre de 2007

Sierra Nevada (1ª parte)

Nuestro viaje nos lleva hoy a tierras andaluzas, a un Parque Nacional magnífico situado en la cordillera penibética, en las provincias de Granada y Almería, como seguramente ya se habrán dado cuenta, estoy hablando del Parque Nacional y Reserva de la Biosfera de Sierra Nevada. Culminado con los 3.482 m. del Mulhacén, es uno de los macizos montañosos de más altitud de Europa Occidental. Con numerosas especies vegetales endémicas (66) y unas 80 especies animales propias del lugar.

Los antiguos glaciares dieron lugar a pronunciados y espectaculares valles en forma de "U" y formando numerosas lagunas de alta montaña.


Ascenso al Pico Veleta

Con 3.392 m. de altura es el segundo pico más alto de esta Sierra y el tercero de la Península, tras el Aneto y el Mulhacén.

Un sábado, 5 de agosto del pasado año, cuatro personas iniciamos el ascenso hacia esta cumbre. Tras habernos informado en una de las aulas de naturaleza y del visitante que hay en este Parque y provistos de agua para toda una tarde, comenzamos la ascensión. Dejamos el coche un poco más arriba de los hoteles de la estación de esquí situada en una de las laderas del pico y luego comimos antes de iniciar la ruta. La Virgen de las nieves nos recibió al poco de comenzar a subir. El sol era intenso, algo natural en esta época del año y el encontrarnos en Andalucía, pero el viento nos daba un alivio al darnos un poco de fresco. El paisaje rocoso sólo era disimulado con algunas plantas en forma de "iglú". Esta forma es propia de estos arbustos de alta montaña, que adoptan esta singular protección contra la nieve. Pero la vegetación va desapareciendo conforme nos aproximamos a lo más alto. También nos encontramos con un saltamontes de enormes proporciones y, lo más interesante, que no tenía alas. Más tarde, nos dijeron que esta es una de esas especies únicas, y magníficas de este Parque Nacional que había evolucionado hasta perderlas.

Subimos un largo tramo paralelamente a una vieja carretera que se cerró en 1989 y que hasta entonces era considerada la más alta de Europa y que hoy en día sólo es utilizada para el mantenimiento de las pistas de esquí. La subida no era demasiado pronunciada, pero por no seguir todo el trayecto pegados a la carretera, subimos por una empinada pendiente que hizo que nos agotáramos aún más. En todo momento fuimos viendo la estación de esquí, que hace que el paisaje quede algo ensombrecido, pero no llega a quitarle su esplendor. Un observatorio espacial está en una colina cercana, sin duda un buen lugar para ver las estrellas.

Las cabras montesas descansaban a la sombra de las rocas. Los machos alzan sus cabezas en alerta, no hay problema, podemos seguir.

Cada vez el viento es más intenso, como era de esperar. Todavía quedaban algunos neveros. Dos de mis acompañantes se quedan a escasos 50 o 100 metros de la cumbre. Dos seguimos adelante, con dificultades por el cansancio, el Sol y el viento. Llegamos a la cumbre, ¡por fin! Desde luego, fue duro, pero mereció la pena, las vistas son impresionantes, Granada está al fondo, pero la calima trata de cubrirla. Nos asomamos a la pared y nos sorprende su verticalidad y su altura, varias cabras comienzan a saltar y correr al vernos asomar. Con echar un vistazo, una mirada a tu alrededor desde esta altitud, te das cuenta de lo impresionante que puede llegar a ser la naturaleza, de lo hermoso del paisaje, de la tranquilidad que puedes encontrar en estos parajes idílicos. Sin duda, un trayecto duro y difícil que nos hizo sudar, pero llegar hasta arriba era una especie de reto, no nos podíamos quedar a 50 metros, y lo logramos.

La bajada fue mucho más suave y relajada. Las cabras seguían en las mismas rocas, aunque esta vez al vernos, se echaron a andar.

Llegamos hacia las 7 de la tarde al coche, los pies ya no los sentíamos, pero estábamos satisfechos de haberlo hecho, de haber logrado subir hasta allá arriba, de haber visto tan hermoso paisaje, con su naturaleza en estado puro. Algo que ninguno de nosotros olvidará, estoy seguro.

_Dant_

Próximamente... Sierra Nevada (2ª parte): Ascenso al Pico Mulhacén

jueves, 6 de septiembre de 2007

Descanse en Paz

Viajemos por mis viajes quiere hoy hacer un alto en su labor y expresar su pesar por la muerte de Luciano Pavarotti, una muerte que ha conmocionado al mundo. Todo lo que se puede decir es poco. Él supo hacer como, incluso los jóvenes, fuimos capaces de oírlo, de escuchar ópera, de gustarnos, de verdad esta música y esta voz, de admirarlo.

"Pienso que una vida en la música es una vida bellamente usada y esto es a lo que he dedicado mi vida"

Luciano Pavarotti


Mi más sincero pesar y, creo, que el de los otros autores.

Creo que hoy puedo firmar por los tres autores.

_Dant_, Juan el Senderista y Ó Cóndor


domingo, 2 de septiembre de 2007

Playa de Caión

Hoy nos desplazamos muy cerca de mi ciudad, a un pueblo marinero de toda la vida, a Caión. Más concretamente nos dirigimos a su playa.
Situado en el Ayuntamiento de Laracha, desde siglos atrás este pueblo ha sido, y es, mayoritariamente marinero. Hace ya años que los marineros no salen a por ballenas, y hoy en día se dedican a la pesca de bajura. Un pequeño puerto es uno de esos referentes que nos hace pensar que cada día quedan menos pescadores. En cada una de sus calles se puede apreciar ese ambiente marinero que aún pervive. La Virgen de los Milagros es subida al principio de cada mes de septiembre para la capilla alta en la que permanecerá por unos días. Toda una romería que llena de gente a este pequeño pueblo.

Para llegar a él desde La Coruña, es necesario tomar la carretera dirección a Arteixo, y luego la carretera de la costa, para dirigirnos hasta el pueblo tras pasar otras playas como Valcobo o Barrañán.


Pero centrémonos en su playa. Pues ella es, quizás, lo que más llame la atención de este pueblo. Esta playa no tiene nada singular pero al acudir a ella te quedas enamorado. Los amantes del surf y otros deportes de este estilo tienen un punto a su favor con las grandes olas que suelen predominar tanto en verano como en invierno, siendo mayores, claro está, en este último mes. Por otra parte, los bañistas encuentran en ella un lugar seguro aunque no se deben de levantar las precauciones pues la resaca en esta zona suele ser abundante. Su longitud es impresionante, y se presta para pasear, siendo más largo el camino con marea baja pues a esta playa se unen dos o tres calas próximas y la caminata acaba siendo bastante larga. Para los niños, con marea baja, se forman varias pozas a lo largo de la playa, pegadas a las rocas, donde con sus redes podrán quizás coger algún que otro pez y si es algo avispado y valiente algún pulpo en sus grietas. Por otra parte, es recomendable llevar algo de ropa de abrigo por si sopla el viento, que aunque la playa está bastante abrigada, puede levantarse. Y si es así, es un lugar idóneo para el vuelo de cometas. Allí te encontrarás, seguro, con más gente que las esté volando. Desde luego, el que visita la zona de La Coruña, no se puede perder este encanto de playa, que para mi ha sido refugio veraniego desde hace ya bastantes años.

_Dant_